La oración es una platica personal con Dios, es un mismo regalo de Dios para nosotros con el que podemos mantener comunicación con el. La oración nace de lo más profundo del corazón humano, se inspira por el Espíritu que nos mueve, es sincera puesto que lo que sale del corazón es verdadero, una oración deshonesta no puede llevarse a cabo.
La oración es también un acto humilde siendo que en la oración nos estamos comunicando con Dios, con el Rey, dado esto la oración debe ser respetuosa.
La oración es verdaderamente poderosa y eso nos lo demuestra Jesús en varias ocasiones, siempre que Jesús iba a realizar algo pedía a su Padre la fuerza y perseverancia y el Padre se la concedía, la oración con fe puede lograrlo todo. La oración es una esperanza, cuando oramos al Padre podemos tener la seguridad de que cuando le pidamos algo bueno el Padre ya nos lo concedió.
Una oración tiene muchos fines, puede ser una oración de agradecimiento, de alabanza, de gratitud, de petición, de intercesión, etc.
A la vez, la oración se puede realizar de varias maneras, por ejemplo: de pensamiento, oral, de contemplación e incluso con el mismo cuerpo.
La oración es importante en la vida cotidiana, siendo que por medio de la oración tenemos un encuentro con Jesucristo vivo y resucitado. Dice la palabra de Dios
Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo a favor de los santos, sus hermanos. (Ef. 6.18)
Cuando oramos Dios mismo esta con nosotros y cuando Dios esta con nosotros tenemos verdadera vida, por eso podemos concluir que lo que se nos pide al orar es sencillamente VIVIR VERDADERAMENTE, no solamente pedir y pedir sino transformar la voluntad de l Padre en acciones honestas.
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